Origen del hombre
¿Cuándo habrían aparecido los primeros seres humanos en la tierra? y ¿cómo serían? ¿Dónde aparecieron?, ¿se nos parecerían?
Es desde siempre que los seres humanos hemos tenido estas interrogante, y para ello aparecieron varias teorías para responderlas. Las diferentes religiones del mundo, dan cada una de ellas una explicación donde se debe a un Dios, o a varios Dioses. Y obviamente la ciencia también nos ofrece sus respuestas, sobre el origen de la especie humana. El primero en incursionar sobre este tema fue Charles Darwin*, en su obra “Teoría de la Evolución ” donde intenta explicar el extensísimo proceso de cambios que todas las especies vivientes sufrieron desde que aparecieron sobre la tierra. Para Darwin, algunas especies evolucionan, es decir que se adaptan a los desafíos del ambiente. Estos individuos tienen más posibilidades de sobrevivir y reproducirse. Los que no logran estas adaptarse, se extinguen. Suele llamarse a este proceso de supervivencia de los más adaptados como “selección natural”. Hoy esta teoría está totalmente descartada debido que se comprobó que no es correcta.
Hace alrededor de unos 70 millones de años surgieron en la Tierra los primates**. Estos vivían en los árboles y tenían la habilidad de tomar objetos con sus manos y pies. Luego los primates fueron diferenciándose en diversas ramas de evolución totalmente diferentes. De una de esas ramas, surgen además 2 ramas: los póngidos, o grandes simios (gorilas, chimpancés, gibones, orangutanes) y la segunda rama fue la de los homínidos. Que de esta rama desciende el hombre actual luego de varios millones de años de evolución.
Al proceso de cambios físicos, de comportamiento que dieron origen al hombre actual, se llama proceso de hominización. Este proceso se inició en África, hace unos 4 millones de años, debido a una serie de cambios climáticos, transforman la selva en sabana. De esta manera las grandes acumulaciones de árboles desaparecen, y tan sólo quedan unos pequeños grupos de arbustos o árboles, que ya no ofrecían protección. Este nuevo ambiente obligó a algunos homínidos a erguirse (pararse en 2 pies )con el fin de divisar posibles alimentos, predadores y refugios. Con el tiempo los homínidos se afianzan en esta posición, y se inicia la “marcha Bípeda”, dejando en libertad las manos.
Se Con las manos liberes, ya pueden tomar elementos para defenderse, (palos, huesos, piedras) y también recoger comida. Al contar con estos nuevos elementos de defensa, ya no necesitaban dientes tan agresivos, y la dentadura del homínido va perdiendo peso y fuerza. Es así que la mandíbula retrocede y libera de su peso al cráneo, entonces éste puede desarrollarse hacia atrás y dar lugar a un cerebro más grande y complejo.
