martes, 28 de febrero de 2012

Los inicios de la Humanida.

Esta imagen representa los siglos de evolución del Ser Humano.


[clip_image001.jpg]

PROCESO DE HOMINIZACIÓN

Evolución del hombre.

Hablamos del proceso de hominización cuando hacemos referencia al conjunto de de procesos, producto de la evolución, que dieron como resultado las transformaciones biológicas, ambientales sociales e históricas que ha experimentado el ser humano en el transcurso del tiempo.
Estas transformaciones son, en un principio de carácter biológico, o sea, se manifiestan primeramente como cambios biológico, o sea, se manifiestan primeramente como cambios corporales transmitidos de generaciones en generación, pero que también conduciran  a otro tipo de cambios en las costumbres, las maneras de pensar y de actuar. El resultado de todas estas transformaciones es la condición de ser humano, cuyos símbolos distintivos son los siguientes: visión binocular, mano con cinco dedos y pulgar oponible, capacidad de fabricar objetos, marcha erguida y bípeda, lenguaje articulado y razonamiento.

Estadios de la evolución humana
Australopithecus
Entre los 4 y 2 millones de años coexistieron en África diferentes especies de homínidos, pero los fósiles mejor conocidos son los del Australopithecus.  Su cerebro medía entre 350 y 550 cm3, mientras que en el Homo sapiens es de 1350 cm3 aproximadamento.
La columna de los Australopitecinos era la misma que presentan los Hominidos, y su formamen mágnum esta más centralizado que en los chimpancés, lo que da una idea de postura erecta y marcha bípeda

Australopithecus Afarensis.
Es la especie más conocida de Australopithecus  debido al descubrimiento en 1974 en Etiopía  de los restos de Lucy, una hembra de 3.2 millones de años aproximadamente. Luci presenta características transicionales al género Homo: hueso de la pelvis, y de las piernas que indicaban un andar erguido.


Homo Habilis.
Primeros respresentantes.
Hace aproximadamente 2.5 a 1.8 millones de años vivió en África. Homo Habilis, así llamado por su capacidad para manipular objetos. Los rasgos de su pelvis, columna, piernas y la forma del pie, indicar que su marcha era bípeda. Conían técnicas relacionadas con la selección y producción de instrumentos de piedra.


Homo Erectus
Hace aproximadamente 2 millones de años se registra en África Homo ergaster, que se propagó hacia Asia y Europa. Debido a la gran diversidad regional a los especímenes hallados en Asia se los llamó Homo Erectus. Ambos tenían mayor tamaño que las especies era precedentes pero su aspecto era algo más gracil. Su locomoción era bípeda. Se han hallado utensilios de gran formato elaborados sobre piedras de grandes dimensiones, posiblemente para la faena de grandes animales y el trabajo de la madera.

Homo Neandarthalensis.
Hace aproximadamente 500 mil años se registra en Europa el Homo heidelbergensis al que le sucede Homo neanderthalensis que aparecieron hace 230 mil años.
Su esqueleto es más robusto y su capacidad craneana mayor que la del homo sapiens. Utilizó el fuego, se han hallado enterramiento y ofrendas funerarias, lo que sugiere que realizaban rituales mortuorios.


Homo Sapiens.
Uno de los restos más antiguos del hombre moderno, homo sapiens, fueron encontrados en Sudáfrica y tienen una antiguedad  de 115 mil años. Los sitios en el resto del mundo son más tardíos, lo que sugeriría  es que los seres humanos surgieron en África y desde allí emigraron.
A partir de los 40 mil años aproximadamente aparecen objetos de adorno personal, manifestaciones artísiticas  y ajuares funerarios en los enterramientos.
El homo sapiens convivió con los nenandertales y se cree que pudieron competir por sus recursos similares . Se supone que en esa competencia se habría favorecido el hombre moderno y extinguido los neandertales. También el canivalismo.





lunes, 27 de febrero de 2012

El origen del Hombre. (para continuar aprendiendo)




Origen del Hombre
El genero humano es un recién llegado a la Tierra. No llevamos mucho tiempo aquí, en comparación con la larga existencia del planeta, pero sí más del que se suele pensar. Y periódicamente los científicos siguen encontrando nuevos fósiles y haciendo nuevas mediciones cada vez más antiguas.
Con el paso del tiempo se hallaron restos óseos (huesos) de seres que no eran totalmente humanos, aunque se parecían más a éstos que a los simios debido a la estructura de su esqueleto. Se les llamó homínidos, y representan una larga serie de especímenes que fueron antepasados (o ramas colaterales) de los modernos seres humanos.
Pero antes que aparecieran los homínidos, en la Tierra, al menos en algunos lugares de ella, campeaba la especie llamada procónsul.
En el Mioceno Antiguo africano, de 22 millones a 18 millones de años, se encuentra el género procónsul. Es el más antiguo y recuerda a los grandes primates vivos y al aegiptopiteco.
El procónsul era un cuadrúpedo de movimientos lentos, arborícola. Su capacidad craneana oscilaba entre 154 a 180 centímetros cúbicos y su dieta era frugívora. El principal yacimiento del proconsul es Rusinga (Kenia), en donde el medio ambiente se ha supuesto como un bosque tropical húmedo, oscilando hacia un medio más seco con arbolado difuso.




Considerado como antepasado de grandes simios y de humanos, el procónsul presenta, en general, una combinación única de caracteres entre mono y antropoide. Por ejemplo, los huesos del tobillo son estilizados, semejantes a los monos. El pulgar del pie es robusto, posee acetábulo grande y plano, caracteres semejantes a los antropoides








Entre otras características, su muñeca es similar a la de los simios catarrinos: en ambos existe una articulación directa entre muñeca y cúbito.
Existe, sí, un debate sobre la determinación de su comportamiento, mitad arborícola y mitad terrestre (cuadrúpedo). Asimismo, presenta un dimorfismo sexual muy marcado.
Además del procónsul, se conocen cuatro géneros más. El micropithecus y el dendropithecus en Kenia occidental, donde coinciden con restos del procónsul. Sin embargo, el afropithecus y el turcanapithecus aparecen en el norte de Kenia, donde el procónsul es desconocido.
El dendropiteco era arborícola, pero adaptado a una marcha cuadrúpeda. Por otro lado, el afropiteco muestra un avance en la separación entre gibones y los grandes primates hominoides, que se calcula sucedió entre los 17 millones y 18 millones de años. En el Mioceno Medio nos encontramos con la supervivencia del proconsul hasta los 8 millones a 9 millones de años. A su lado se encuentra el kenyapithecus, que aparece en yacimientos keniatas datados aproximadamente entre los 16 millones y los 14 millones de años, y se tiende a considerarlo como el ancestro de varios homínidos, criaturas que eran más parecidas al hombre que al mono, del Mioceno, entre ellos del australopithecus.
Los homínidos más antiguos fueron los australopithecos. Se los encontró por primera vez en África del sur, y luego también en África oriental. Habitaban estas zonas un una época que va desde los 4 millones de años a los 2-1,5 millones de años. Pudieron tener la talla y la complexión bastante pequeña (1-1,50 metro de estatura y 30-60 kg.) y un cerebro (380-550 cc) no mayor que el de un chimpancé, pero caminaban erguidos y en dos patas como nosotros


En 1925, el paleontólogo Dart descubría en la gruta de Taungs, en el Transvaal, un cráneo infantil, en el que observó que algunos rasgos tenían un marcado carácter humano. Con mucha prudencia le denominó Australopithecus africanus. El descubrimiento de Dart pasó inadvertido. La mayoría de los investigadores creyeron que se trataba de un fósil de chimpancé joven. Pero once años después, el paleontólogo Broom descubría en la gruta Sterkfontein, en las inmediaciones de Pretoria, otro cráneo del mismo tipo, perteneciente a un individuo adulto. Desde entonces (1937) continuó la búsqueda de manera sistemática en África del Sur, hasta 1949. Gracias a ello se descubrieron un gran número de fósiles, cráneos y otros restos óseos que confirmaban las primeras conclusiones de Dart.
Los descubrimientos de la actividad humana primitiva, realizados en los yacimientos donde fue hallado el Australopithecus, no ofrecen dudas. El australopiteco representa probablemente el primer homo faber (hombre fabricante) conocido que tallaba ya los guijarros por una sola cara.
Es difícil eludir la tentación de suponer al australopiteco como origen de una raza humana que conduce al Homo sapiens, pero debemos resistir a ello. En efecto, la paleontología humana está condenada a observar únicamente un número limitado de individuos: unos pocos hitos repartidos en un espacio de varios centenares de miles de años. De la evolución de los homínidos nunca se podrán conocer más que unas pocas etapas determinadas.
Hace 2,4 millones de años aparecía el Homo habilis ("hombre hábil"), primer integrante del genero Homo ("hombre" en latín), del cual formamos parte, y según los paleoantropólogos fue el primero en fabricar herramientas de piedra (las más antiguas datan de 2,5 millones de años). Caminaba erguido y tenía un cerebro mayor (500-800 cc) al de los australopitecos, aunque no su talla (1,40 m de altura y 30-40 kg.).

Por esta época tenemos dos géneros de homínidos coexistiendo en África. Un grupo de australopitecos y el genero Homo. Los australopitecos se dividían en dos especies: Australopithecus ("simio del sur") africanus, que era grácil y de talla más bien pequeña, y habitaba en África del sur; y Australopithecus robustus, que eran más corpulentos y habitaban África oriental. Ambas especies eran principalmente recolectoras, y comían raíces y frutos duros. Del genero Homo estaba el Homo habilis, habitaban en el África oriental, y eran carroñeros y recolectores.
Todos estos primeros homínidos eran de poca talla. No aparecen grandes homínidos hasta hace 1,6 millones de años, época en que entra en escena el Homo erectus (hombre erecto). Este pitecántropo (mono-hombre) fue el primero en extenderse más allá de África, llegando a aparecer en Asia continental (China) e insular (Java), Europa y Medio Oriente. El Homo erectus ya tenía un cerebro bastante desarrollado (750-1.250 cc) y una altura y peso (1,5-1,80 m y 40-80 kg.) como nosotros. Hace aproximadamente un millón de años era el único homínido sobre la tierra, los demás se habían extinguido, y continuó siéndolo hasta hace unos 200 mil años.
El australopiteco se sitúa en el peldaño más antiguo y elemental. Los pitecántropos representan el peldaño siguiente y corresponden a un estadio de desarrollo síquico e intelectual más avanzado.
El primer descubrimiento de restos de un pitecántropo se remonta a fines del siglo pasado. Fascinados por el problema de la cuna de la humanidad, los sabios de la época emitieron diversas hipótesis.
Eugéne Dubois, durante su estancia en Indonesia como médico militar, en 1891-1892, encontró en la isla de Java un molar, una bóveda craneana, un fémur, un diente y un fragmento de mandíbula.
Dubois dio al individuo a que pertenecían estos huesos el nombre de Pitecanthropus erectus; es decir, “hombre-mono de pie”, y la estratigrafía permitió situar a éste a principios del pleistoceno medio, hace medio millón de años
Mientras permaneció aislado entre los hallazgos de la paleontología, el pitecántropo de Java fue objeto de duras controversias entre partidarios y adversarios de la teoría evolucionista. Durante treinta años, varias expediciones se esforzaron en vano por descubrir nuevos restos de pitecántropo. Por fin, en 1921, el sueco Gunnar Anderson descubrió dos molares de aspecto humano entre los restos petrificados de diferentes mamíferos que llenaban las grietas y cavernas de Chukutien, en los alrededores de Pekín.  En 1927, Davidson Black encontró allí mismo un nuevo molar, y en 1929 la primera bóveda craneana.  Desde entonces, las excavaciones de estos yacimientos se sistematizaron y en 1939 fueron exhumados los restos de unos cuarenta individuos de todas las edades, que se les conoce con el nombre de sinántropos.
Durante mucho tiempo se creyó que el grupo de los pitecántropos podía ser localizado en los países del Extremo Oriente, pero en 1954 las excavaciones de los yacimientos de Ternifin, en Argelia, permitieron exhumar tres mandíbulas y un parietal que ofrecían las mismas características del pitecántropo. El Atlanthropus mauritanicus era contemporáneo del sinántropo y sus restos aparecen siempre con abundantes objetos de sílex tallados por ambos lados.


Este último hallazgo ha movido a los investigadores a emparentar con el grupo de los pitecántropos al hombre de Heidelberg, cuya mandíbula superior fue encontrada en 1907 en Mauer, cerca de Heidelberg, y al hombre del Montmaurin, hallado en el sudoeste de Francia, cuya mandíbula manifiesta caracteres muy semejantes a los del Atlanthropus. La difusión de los pitecántropos ha correspondido, pues, a todo el Antiguo Continente durante casi trescientos mil años (todo el pleistoceno medio).
La mandíbula de Mauer (Heidelberg) se halló en un estrato prechelense, y el individuo que la poseyó tenía muy fuertes elementos pitecoides aunque su dentadura es perfectamente humana.  En las exploraciones de 1928 se encontraron algunos restos más de este homo; carece de barbilla, tiene pómulos salientes, frente aplastada y huidiza, y seguramente las circunvoluciones craneales serían de gran sencillez.
Hace unos 600.000 años, la tierra entró en una serie de eras glaciales. Enormes capas de hielo llegaron a cubrir el norte de Europa, América y Asia. El nivel del mar llegó a descender hasta 90 metros por la acumulación de agua en los grandes glaciares que se formaron. El Homo erectus aprendió a dominar el fuego ya hace unos 500 mil años, descubrimiento muy importante para la supervivencia, como abrigo para el rudo clima imperante para la cocción de los alimentos (más digestivos que crudos).
El pitecántropo era pequeño, apenas llegaba a 1,60 metro, tenía la frente hundida, los arcos superciliares muy salientes y las mandíbulas prominentes. Vivía de la caza, mejor dicho, de la caza con trampa, pues utilizaba en realidad la zanja.
La mayor parte de su industria lítica —sílex de dos caras—, más que para el combate era utilizada para trabajar la madera y descuartizar animales. Sus armas eran, sobre todo, hachas, mazas, arpones y jabalinas.  Por otra parte, han sido halladas pruebas de una artesanía ósea y de astas de cérvido.
En las cavernas de Chukutien se ha encontrado carbón de madera, cenizas y vestigios de fuego.  El sinántropo conocía, pues, el arte característicamente humano de “domesticar” el fuego. Ello nos lleva a la memoria el mito griego que cuenta cómo los hombres se prosternaban ante el fuego robado a los dioses por Prometeo.
Hace unos 200 mil años, los primeros homínidos con cerebro tan grande como el nuestro evolucionaron a partir del Homo erectus. Era el hombre de Neanderthal (Homo sapiens neanderthalensis), que habitó en Europa y Medio Oriente. Sus características faciales y corporales estaban especialmente adaptadas al frío. Tenían los labios más gruesos y eran más bajos que nosotros, y su cerebro era mayor (1.600cc) al nuestro (1.400-1.500cc).

El tercer peldaño de la evolución humana es el hombre de Neandertal que, por su desarrollo cerebral, su género de vida y su capacidad inventiva, está más próximo del homo sapiens que del pitecántropo.  Se le conoce desde mucho antes que sus predecesores, puesto que en 1856 los restos de un hombre de esta raza fueron descubiertos por unos obreros en los alrededores de Dusseldorf, en una cueva del valle de Neanderthal.
Hace aproximadamente cien mil años aparece en África el primer ser humano casi como nosotros, pero llamado Homo sapiens arcaico u hombre de Cro-Magnon. Treinta mil años antes los neandertales se extinguían y ya estaban los hombres completamente modernos, Homo sapiens, y unos 5.000 años más tarde el hombre ya habitaba todos los continentes del mundo a excepción de la Antártica.
Corría 1868 cuando, en una localidad francesa llamada Les Eyzies, ubicada en el departamento de Dordoña, se encontraron, en un abrigo rocoso llamado Cro-Magnon, restos fósiles humanos. Investigaciones posteriores comprobaron que tenían más de 40.000 años y que este era el representante más antiguo del homo sapiens sapiens; es decir, el primer ancestro del hombre moderno, cuyo desarrollo había comenzado en el periodo llamado Paleolítico superior (hace más de 600.000 años).