martes, 18 de septiembre de 2012


LA POLIS”

“Los distintos ámbitos espaciales de Grecia presentaban las mismas características físicas: se trataba de tierras montañosas y muy poco fértiles.

Es difícil medio geográfico contribuyó a aislar a las distintas comunidades. De allí que la unidad de quienes hab¨[ itaron el mundo griego fuera cultural y no política. En la antigüedad nunca existió un  estado que englobara a todos los griegos, ni un país llamado “Grecia”. Fueron los romanos, siglos más tarde, quienes llamaron “griegos” a los habitantes de las costas del mar Egeo.

Sin importar el dialecto que hablaron, los griegos se llamaban a sí mismos helenos, ya que se consideraban descendientes de un ser legendario de nombre Heleno (forma masculina adoptada por la diosa luna Helen), por eso, la comunidad cultural que conformaron se conoce como Hélade. Las palabras Hélade y heleno se hicieron corrientes durante el siglo VIII a. C.  La Hélade era entonces su mundo cultural y no un Estado, ya que los griegos estaban organizados en multitud de ciudades-estados o polis, Las polis eran independientes y, a menudo, rivales entre sí.

Sin embargo, la fragmentación que caracterizó a la Hélade no se explica del todo por su geografía. Sin duda incluía algo no menos importante que  los condicionamientos geográficos; la convicción de los griegos de que la polis, la ciudad, era la única estructura adecuada para la vida civilizada. Como afirma Aristóteles en su obra LA POLÍTICA “la Polis fue la Patria de los Griegos”.

 

El paisaje Griego.

[…]Extranjero, te encuentras en la comarca más deliciosa de la tierra […] donde los árboles cargados de frutas diversas, nada temen ni al sol ni a los vientos tempestuosos […]. Crece aquí, cual yo nunca lo he oído […], el árbol que nunca envejece […], florece muy bien en esta tierra el olivo, de azulado follaje […], lo defienden el ojo de Zeus protector, y la de los brillantes ojos, Atenea […]”.

Sófocles, Edipo en Colono.

 “[…] Imagínese un vallecito cerrado, pasturas junto a unos arroyos, bosques en los declives del terreno, unos campos, viñedos y olivares suficientes para alimentar a unas docenas de millares de habitantes, raramente más de 100000, y después una colina que pueda servir de refugio en caso de ataque y un puerto para las relaciones exteriores, y se tendrá una idea de lo que era para un griego un Estado autónomo y soberano”.

G. Glotz. La ciudad griega.


“[…] Vayamos por el campo, por terrenos cultivados por el hombre […] te enseñaré el camino que sube a la ciudad, que está cercada por alto y torreado muro y tiene a uno y otro lado un hermoso puerto de boca estrecha a donde son conducidas las embarcaciones, pues hay un lugar seguro para todas. Cerca de un magnífico templo de Neptuno, se halla el ágora […] Hallarás junto al camino, un hermoso bosque de álamos, en el cual mana una fuente y a su alrededor se encuentra un prado allí tiene mi padre una viña floreciente […]”.

Homero. La Odiesea.

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